Las Vegas es solo una de las 25 ciudades en los EE. UU. y en el extranjero, elegida para un estudio experimental que analiza específicamente el manejo de la irritabilidad que a menudo puede acompañar al autismo.
Es una decisión que todos los padres deben tomar, qué es lo mejor para su hijo.
Para Heather-Lei Ambos, no es una decisión fácil de tomar por su hijo, que tiene autismo.
“No quiero darle a mi hijo de 8 años un antipsicótico si no es necesario”, dijo. “Gritará, a veces golpeará. Muchos problemas sensoriales y cuando se sobrecarga, arremete”.
Ambos dijeron que incluso tuvo que instalar cerraduras especiales para mantener a su hijo a salvo.
“La demencia se bloquea para evitar que pueda salir cuando está de humor porque escalará la cerca”, explicó.
Actualmente, no hay muchas opciones de tratamiento disponibles para los adolescentes que padecen autismo.
La Dra. Ann Childress es profesora asociada adjunta en la UNLV y la Universidad de Touro y describe los desafíos que algunos padres pueden enfrentar.
“De los pacientes que tienen autismo, probablemente alrededor del 20% tienen irritabilidad y agresividad. La irritabilidad puede incluir morder, patear, gritar, berrinches”, dijo.
Ahí es donde entra en juego el Proyecto de Ley de la Asamblea 2004, se dirige a una bacteria en el intestino que los investigadores dicen
puede ser responsable de parte de ese mal comportamiento.
El medicamento, que se puede espolvorear en los alimentos, no se absorbe en el torrente sanguíneo.
“Se une a esas toxinas bacterianas”, explica Childress.
Ha trabajado en alrededor de 200 ensayos clínicos y ahora está buscando adolescentes de 13 a 17 años para participar en un estudio que se lleva a cabo en el valle de Las Vegas.
“Es un par de miles de dólares en atención médica que es gratis”, agregó.
Es un estudio doble ciego, lo que significa que algunos adolescentes recibirán el medicamento y otros recibirán un placebo.
El Dr. Childress agregó que los resultados iniciales son prometedores.
El hijo de Ambos no tiene la edad suficiente para participar en el estudio, sin embargo, ella tiene la esperanza de que el proyecto de ley de la asamblea esté en su futuro porque, a medida que su hijo crece y se fortalece, dice que se vuelve más difícil.
“Incluso si no puede crecer para ser lo suficientemente funcional como para vivir solo, nos gustaría mantenerlo en casa. Y con agresión, agresión física, eso no va a ser posible”, agregó Ambos.
El estudio tiene una duración de ocho semanas e incluye seis visitas al médico.
Para más información del estudio da click aquí.
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