Restos humanos a la vista.

La aparición de restos humanos por segunda vez en una semana en un embalse a media hora de auto de Las Vegas genera todo tipo de especulaciones en esta ciudad fundada por la mafia.

“No se sabe lo que vamos a encontrar en el Lago Mead”, declaró el alcalde de Las Vegas Oscar Goodman el lunes. “No es un mal sitio para tirar un cadáver”.

Goodman es un abogado que representó a varias figuras del bajo mundo, incluido Anthony Spilotro, (Tony la Hormiga), antes de servir como alcalde durante tres períodos, en los que se presenta en actos con un Martini en la mano y coristas en cada brazo.

No quiso especular acerca de quién podría haber ido a parar al enorme embalse creado por el Dique Hoover entre Nevada y Arizona, cuyas aguas bajan a paso acelerado por el calentamiento global y dejan al descubierto sectores costeros.

“Estoy bastante seguro de que no está Jimmy Hoffa”, expresó entre risas. Pero agregó que varios de sus antiguos clientes estaban interesados en el “control del clima”, un término que usa la mafia para aludir a su deseo de que el nivel de las aguas permanezca alto y los cadáveres sigan en sus tumbas subacuáticas.

En esta era de cambio climático, sin embargo, la superficie del lago Mead cedió más de 52 metros (170 pies) desde 1983.

El lago, que aplaca la sed de 40 millones de personas en ciudades, granjas y tribus de siete estados del sudoeste del país, está a un 30% de su capacidad.

“Si sigue perdiendo agua, es posible que salgan a la superficie cosas muy interesantes”, expresó Michael Green, profesor de historia de la Universidad de Nevada, de Las Vegas, cuyo padre repartió cartas de blackjack por décadas en casinos como Stardust y Showboat.

“No apostaría mi sueldo a que vamos a descubrir quién mató a Bugsy Siegel”, dijo Green, en referencia al famoso gángster que abrió Flamingo en 1946, en lo que pasaría a ser la célebre Strip, o corredor, de Las Vegas. Siegel fue asesinado a tiros en 1947 en Beverly Hills, California. Su asesino nunca fue identificado.

“Pero apostaría a que hay más cadáveres allí”, agregó Green.

Al bajar el nivel de las aguas, las autoridades tuvieron que recurrir conductos más profundos para seguir abasteciendo a casinos, suburbios y 2,4 millones de residentes, así como 40 millones de turistas anuales.

A los pocos días, apareció el cadáver descompuesto de un individuo en un barril semienterrado en la costa, que había quedado al descubierto.

El cadáver no fue identificado, pero la policía dijo que había sido baleado, probablemente entre mediados de 1970 y principios de los 80, a juzgar por los zapatos que llevaba. La muerte fue caratulada como un homicidio y está siendo investigada.

A los pocos días apareció un segundo barril, aunque vacío, según periodistas de KLAS-TV.

El sábado, dos hermanas del suburbio de Henderson que hacían paddle en el lago, cerca de un viejo hotel, detectaron unos huesos en una playa que quedó al descubierto a más de 14,5 kilómetros (9 millas) de los barriles.

Lindsey Melvin, quien tomó fotos del hallazgo, dijo que pensaron que era el esqueleto de un muflón (oveja salvaje), típico de la zona. Ya más de cerca, notaron que tenía un mentón humano, con dientes. Llamaron a los guardabosques y el Servicio de Parques Nacionales confirmó que se trataba de restos humanos.

En principio no hay indicio alguno de que haya sido un asesinato, según dijo la policía de Las Vegas el lunes, y la muerte no está siendo investigada.

Geoff Schumacher, vicepresidente del Museo de la Mafia (The Mob Museum), pronosticó que aparecerán más cadáveres.

“Sospecho que muchos de estos individuos fallecieron ahogados”, dijo Schumacher, aludiendo a nadadores y navegantes desaparecidos. “Pero los barriles son algo típico de una ejecución de la mafia. Meten el cadáver en un barril. Y a veces los tiran en el agua”.

Tanto Schumacher como Green recordaron la muerte de John “Handsome Johnny” Roselli, un mafioso de Las Vegas de los años 50 que desapareció en 1976 y cuyo cadáver fue hallado en un cilindro de 208 litros (55 galones) que flotaba frente a la costa de Miami.

David Kohlmeier, un expolicía que ahora trabaja en un podcast de Las Vegas y en un programa televisivo llamado “The Problem Solver Show”, dijo el lunes que, tras ofrecer una recompensa de 5.000 dólares para los buzos que encuentren barriles en el lago, escuchó de gente en San Diego y la Florida que estaba dispuesta a hacerlo.

Funcionarios del Servicio de Parques Nacionales, no obstante, dijeron que eso no está permitido y que hay cientos de barriles en las profundidades de llego, algunos de la época en que fue construido el Dique Hoover, en los años 30.

Kohlmeier dijo que él también oyó hablar de personas desaparecidas y de casos como el de un hombre que habría matado a su madre y un hermano en 1987, un empleado de un hotel desaparecido en 1992 y un individuo de Utah, con hijos, que desapareció en los años 80.

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