Saúl “Canelo” Álvarez y Terence “Bud” Crawford chocarán este 13 de septiembre en el Allegiant Stadium de Las Vegas, en un combate que trasciende títulos y divisiones. Ambos marcaron 75,9 kilos, dentro del límite supermedio de 76,2, y despejaron cualquier duda sobre el factor físico.
La pelea empezó a gestarse a inicios de 2025. Crawford, campeón indiscutido en wélter y superligero (y moncarca WBA superwelter en ese momento), buscaba un reto que ampliara su legado. Canelo, soberano indiscutido del supermedio, quería un desafío que mantuviera vivo su reinado. Se necesitaban.
Las negociaciones entre las partes avanzaron con el impulso de Riyadh Season y el acuerdo para que Netflix emitiera la velada a escala global. El anuncio en junio confirmó la cita que todos esperaban.
El atractivo es evidente. Canelo, con 63 victorias (39 KO), dos derrotas y dos empates, lleva más de una década en la élite. Ha sido campeón en cuatro divisiones y es el rostro del boxeo actual. Crawford, invicto en 41 peleas (31 KO), aspira a convertirse en el primer hombre de la era de los cuatro cinturones en conquistar tres categorías de forma indiscutida.
En las ruedas de prensa en semana de pelea, las sensaciones han sido de respeto y ambición. “Este combate es de los más grandes de mi carrera. Estoy mejor que nunca”, afirmó Canelo. Crawford respondió con seguridad: “Estoy listo para sorprender al mundo. Me siento fuerte, me siento rápido”.
El factor físico domina el análisis. Álvarez es un supermedio natural. Su potencia y trabajo al cuerpo son armas probadas en este peso. Crawford, que salta dos divisiones, llega visiblemente más musculado, pero su reto será mantener la velocidad y la precisión que lo distinguen.
El combate promete un ajedrez táctico. Canelo buscará cerrar la distancia, castigar el cuerpo y presionar con su defensa compacta. Crawford, ambidiestro y cerebral, tratará de manejar la distancia, cambiar de guardia y marcar el ritmo con su jab. La distancia y el control de los ángulos podrían ser decisivos.
La expectación en Las Vegas es máxima. Se espera una asistencia récord en el Allegiant Stadium (capacidad para 65.000 personas en NFL), impulsada por la promoción saudí y la plataforma de Netflix. El choque representa algo más que una defensa de título: es una batalla por el trono libra por libra y una oportunidad única de ver a dos campeones indiscutidos en su mejor momento.
El sábado, el mundo del boxeo mirará a Las Vegas para descubrir si el poder del supermedio de Canelo impone su ley o si la inteligencia y rapidez de Crawford reescriben la historia. El resultado definirá quién es el verdadero rey del ring en esta era.
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