Tokyo.– El Shachihoko-ya de Nagoya servía sus aperitivos con una buena ración de cachetadas propinadas por su personal femenino. Se dice que este extraño servicio ha revitalizado el negocio del establecimiento, atrayendo a un número cada vez mayor de clientes dispuestos a probar esta dolorosa experiencia. Al principio, las cachetadas las daba un solo miembro del personal del izakaya, previa petición, pero a medida que crecía la demanda, la dirección contrató a varias chicas dispuestas a repartir cachetadas e incluso empezó a cobrar 100 yenes (70 centavos de dólar) por bofetada.
El servicio era popular entre japoneses y japonesas, así como entre turistas extranjeros curiosos. «Cuanto más fuerte les pegaba la empleada, más excitados se ponían los clientes», afirma el informe de un medio local que asistió al bar. «No sólo no se enfadaban, sino que parecían sentirse más relajados. Incluso daban las gracias al miembro del personal que les pegaba».
Y, como se puede ver en el vídeo, estas cachetadas no son ninguna broma. Algunas de las chicas se dejaban la piel, por así decirlo, y a los clientes les encantaba.
Sin embargo, en algún momento, Shachihoko-ya decidió interrumpir su principal atracción y centrarse en los servicios estándar de un bar. El mes pasado, publicó un anuncio en Twitter, instando a la gente a no pasar por allí esperando recibir una bofetada.
«Shachihoko-ya no ofrece actualmente cachetadas. Agradecemos la atención, pero no podemos atender visitas con la intención de recibir cachetadas», decía el mensaje. «No esperábamos que los vídeos antiguos se hicieran virales de esta manera, así que, por favor, compréndalo antes de venir».
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